En el panorama cinematográfico mexicano actual, pocas películas han generado tanto debate y reflexión como “Un Actor Malo”, el segundo largometraje de Jorge Cuchí, que ha conquistado su lugar entre las nominaciones a los Premios Ariel 2025. Detrás de esta producción de Catatonia Cine se encuentra un equipo que convirtió una historia incómoda pero necesaria en una profunda reflexión sobre la ética en la industria cinematográfica.

Un proyecto desde el corazón
“Fue un proyecto que hicimos genuinamente desde el corazón y desde el amor de querer contar una historia importante”, explica Yair Ponce, productor ejecutivo de Catatonia Cine, quien junto a Jorge Cuchillo y Verónica Valadez forma el trío de productores nominados al Ariel, entrevistados en exclusiva por Revista Cosas México.
Para Ponce, esta nominación representa más que un reconocimiento profesional: es la materialización de un sueño construido sin expectativas, donde la pasión por contar historias auténticas superó cualquier cálculo comercial.
Una historia que incomoda
La trama de “Un Actor Malo” es tan compleja como su proceso de producción. La película retrata el caos que se desata en un set cuando la actriz Sandra Navarro acusa a su compañero Daniel Zavala de violación durante el rodaje de una escena íntima. Con Alfonso Dosal y Fiona Palomo en los papeles protagónicos, el filme explora territorios emocionales que van desde la tensión y el miedo hasta la desesperación y la ira.

Hacer cine en México: entre la resiliencia y la pasión
Para Yair Ponce, hacer cine en México es “un acto heroico” que exige “mucha resiliencia y resistencia”. Su experiencia lo confirma: su primera película como productor, El Águila y el Gusano, tardó siete años en completarse. En contraste, “Un Actor Malo” tuvo un proceso más ágil, aunque no exento de obstáculos.
De director a productor: una evolución creativa
La transición de Ponce de director a productor refleja una realidad del cine mexicano contemporáneo. Comenzó dirigiendo de forma autodidacta e independiente, hasta descubrir que la producción le ofrecía “una gama más amplia de posibilidades”. Mientras que un director puede tardar años en un solo proyecto, el productor puede sembrar múltiples historias simultáneamente, construyendo un ecosistema narrativo más diverso.
Narrativas que hacen preguntas
Esta filosofía se refleja en su enfoque actual: Ponce disfruta desarrollar ideas desde el origen, escribiendo guiones que “más que respuestas, te hagan preguntas”. Esta búsqueda de narrativas que desafían al espectador es lo que hace de “Un Actor Malo” una película relevante para nuestros tiempos.
Rumbo al Ariel 2025
La edición 67 de los Premios Ariel se celebrará el 20 de septiembre en Puerto Vallarta, Jalisco. Un Actor Malo competirá en tres categorías principales: Mejor Película, Mejor Actriz y Mejor Actor. Se enfrentará a producciones como “Pedro Páramo” de Rodrigo Prieto (con 16 nominaciones) y La Cocina de Alonso Ruizpalacios.

Más allá de los premios
Para los productores de Catatonia Cine, estar en esta selección representa más que una validación profesional. Como explica Ponce, los festivales y premios “no es que sean menores, pero es un plus que consolida el proyecto per se”. Lo verdaderamente valioso es haber creado una película que cumple con su propósito: generar conversaciones difíciles pero necesarias sobre temas que la industria suele evitar.
Autenticidad desde la sombra
Ponce confiesa experimentar constantemente el síndrome del impostor, algo que considera característico de los creativos mexicanos. “Todo el tiempo, genuinamente”, admite. Esta autocrítica constante parece alimentar la autenticidad de sus proyectos.
Como productor, se mantiene “tras bambalinas”, alejado de los reflectores. Esta posición le permite enfocarse en lo que realmente le apasiona: construir y contar historias desde un lugar genuino, sin que el protagonismo personal interfiera con el mensaje.
Un espejo incómodo pero necesario
“Un Actor Malo” no es una película fácil de digerir, y esa es precisamente su fortaleza. La historia aborda el abuso y la violencia en los sets de filmación, temas que la industria del entretenimiento ha comenzado a confrontar más abiertamente. El filme funciona como un espejo que refleja dinámicas de poder, silencios cómplices y decisiones morales complejas ante una acusación de abuso sexual.

Una mirada mexicana al #MeToo
El enfoque de Cuchí y su equipo no ofrece respuestas fáciles, sino que obliga al espectador a confrontar sus propios prejuicios. En una época marcada por el movimiento #MeToo, “Un Actor Malo” aporta una perspectiva mexicana a debates universales sobre consentimiento y abuso de poder.
Cine independiente con propósito
La nominación de Un Actor Malo representa más que el reconocimiento a una película: simboliza la vitalidad del cine independiente mexicano y su capacidad para abordar temas contemporáneos con valentía. Para Ponce y su equipo, el éxito se mide en la capacidad de generar conversaciones significativas. “Cuando haces proyectos desde ese lugar, es muy redituable todo lo que viene”, reflexiona.
Historias que merecen ser contadas
En un país donde hacer cine independiente requiere fe y perseverancia, “Un Actor Malo” demuestra que las historias auténticas, por incómodas que sean, encuentran su audiencia. Mientras esperamos la ceremonia del 20 de septiembre, la película ya ha cumplido su misión más importante: obligarnos a mirar de frente realidades que preferimos ignorar.