¿Alguna vez te has preguntado qué pasa cuándo ves a tu crush? A continuación de los contamos.
Cuando te encuentras con ese crush, el cerebro activa una dinámica de anhelo y desencadena la emisión de neurotransmisores, incluyendo uno muy conocido: la dopamina. La cantidad de dopamina está directamente vinculada a la intensidad del sentimiento que experimentas hacia esa persona, explicó Eduardo Calixto, profesor de la Facultad de Psicología de la UNAM.
En una conexión donde se experimenta reciprocidad, el cerebro activa la producción de oxitocina, una hormona que fomenta el apego con la pareja.
“Este proceso no ocurre con alguien con quien no se comparte una relación romántica”.
Explicó el profesor Eduardo Calixto de la Facultad de Psicología de la UNAM.
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Esto pasa cuándo ves a tu crush
Cuando se desarrolla un enamoramiento unilateral, la persona enamorada mantiene la esperanza de captar la atención del objeto de su afecto, lo que la impulsa a continuar con esa dinámica. A pesar de ello, es consciente de que nunca logrará establecer la relación deseada.
Por consiguiente, “los amores platónicos tienden a desvanecerse en un plazo de aproximadamente un año, cuando el cerebro experimenta una interacción intensa que nos lleva a actuar de manera impulsiva, a pesar de ser conscientes de que nuestras acciones no están en sintonía con lo que consideramos correcto”, explicó el profesor Eduardo Calixto de la Facultad de Psicología de la UNAM.
Las investigaciones sobre este tipo de enamoramientos se centran más en los adolescentes y suelen ocurrir antes de que puedan tener la primera cita o la primera relación romántica. Por este motivo, se considera que es un paso temprano en el desarrollo de habilidades en la intimidad.
En ocasiones, estos enamoramientos sirven como una evaluación de la fortaleza de nuestra relación actual o como un indicio de posibles problemas en ella. Los sentimientos de atracción nos impulsan a acercarnos a parejas potenciales, incluso a personas con las que sabemos que no podremos establecer una relación.
Al final, es importante recordar que está en nuestra naturaleza sentirnos atraídos por otras personas. Por lo tanto, no deberías sentirte demasiado culpable si notas que tus ojos se desvían inevitablemente hacia otro individuo en tu entorno laboral.
Por: Ehinar Araujo