Manteles largos para Belinda que este mes, no sólo engalana nuestra portada, sino que, además, celebra su cumpleaños 27, una edad que le basta para confesarse en una de las etapas más excitantes de su vida.

 

Convertida en la máxima diva del entretenimiento nacional, Belinda no vislumbra un techo próximo. Los escándalos y polémicas que orbitan a su alrededor no parecen minar el éxito que la acompaña. 

 

Beli, como la llaman allegados y millones de fans, se confiesa segura de sí misma, cada día más fuerte, consolidada como cantante y actriz y madura, tanto que se dice capaz de afinar un oído selectivo que le permita quedarse únicamente con lo bueno que se dice de ella.

 

El detalle no es menor para una estrella que desde su infancia ha acaparado portadas y encabezados. La revolución de las redes sociales no hizo sino magnificar la devoción –¿y, por qué no, hasta el odio?–, que muchos sienten por la joven, acostumbrada a especulaciones, difamaciones o acusaciones como la que recientemente se dio a conocer cuando diversos medios divulgaron que la Procuraduría General de la República había solicitado a un juez federal girar una orden de aprehensión en su contra por el presunto delito de ocultar, alterar o destruir registros contables de forma parcial.